miércoles, 17 de abril de 2013

El Día B

Ese sábado nos levantamos temprano (Pablo más que yo… mucho más como casi siempre) porque el novio iba a ir temprano al salón a ayudar a la decoradora y a mi padre que estaría instalando el altar que él mismo había construido, y la novia tenía que ir a la peluquería para comenzar a prepararse.

A las 11 de la mañana estaba en lo de Carmen, quien se encarga de mi pelo desde hace años (más de 15 creo). Ella no peina fuera de su peluquería, pero por tratarse de una clienta tan antigua y tan especial (y tan modesta) hizo una excepción y cerró su peluquería antes para ir junto a Analía, su hija, a peinarme y maquillarme al hotel. Esa mañana fui hasta su peluquería a lavarme y hacerme un brushing como primer paso para lo que sería luego mi peinado.

De ahí me fui para lo de mis padres a almorzar y a esperar a Pablo que volviera del club, donde estuvo toda la mañana y hasta pasado el mediodía trabajando para que todo quedara hermoso!!
 
Almorcé con mis padres y cuando vino Pablo nos fuimos para casa. Suena todo bastante distendido, pero en verdad ya estábamos corriendo… La ceremonia empezaba a las 20 hrs, los invitados estarían llegando desde las 19 y ya eran casi las 3 de la tarde y tanto Pablo como yo seguíamos dando vueltas. Soñamos una siesta que nunca llegó: en casa agarré todo lo que necesitaba, pedí un taxi, levanté a mi hermana y partimos raudas para el Armon Suites, la base de operaciones del Día B.

Cuando llegué a hacer el check in, lo que menos parecía era una novia a punto de dar el SÍ: toda despeinada por venir con la ventanilla baja, cargada de bolsas, paquetes y bolsitas, y con mi mejor cara de desquiciada!

Por suerte al subir a la habitación bajé un poco las revoluciones y, si bien no pude dormir esa siesta que parecía tan necesaria, pude al menos tirarme un ratito en la cama (ratitito).
 
¿Novia estresada?
Además de mi hermana vendrían conmigo dos amigas más: Luciana y Sole. Mi idea era que una amiga de cada grupo de amigas estuviera conmigo mientras me preparaba. Sole y mi hermana eran además mis testigos, por lo que invité a Luciana para que se sumara. Vivi, otra amiga que también fue invitada al hotel, finalmente fue directo al club con su novio.

Merendamos en el Armon mientras esperábamos que vinieran a peinarme y maquillarme: variedad de té, torta de banana, coquitos y otras cosas riquísimas! Fui la novia más desestresada del mundo y como tal, me comí todo… 
 
La merienda
Luciana me pintó las uñas de los pies (ya que no agendé con tiempo y no conseguí a nadie que me hiciera las uñas de un día para el otro), me puse apenas un brillo en las uñas de las manos, escribí los “votos” que diría en algún momento de la noche, y así fue pasando la tarde…
 
Los votos...
Me maquillaron, me hicieron rulos, me hicieron la no-trenza… Eli me trajo el vestido y me ayudó a vestirme.
 
Feliz!!!
 
Con Carmen


Brushing + rulos = trenza!

Puro pelo!

Con Analía y su make up
 
Puro halagos para mis pestañas!!


Lindo ser acicalada por expertos


Con Lu y mis rulos
 
Concentrada frente al espejo


Unas genias!


Manos en la masa


La trenza en proceso.

Esperándome...

Ultimando detalles


Con Eli y su creación
 
Con mi hermana Sara
 
Esperando por mi carruaje
Ale, amigo y testigo de Pablo, era el encargado de ir a buscarme al hotel. Fue en nuestro auto, porque teníamos la idea de una vez finalizada la fiesta, volver al hotel en nuestro Corsita, y ponerle algunas latas colgando y algún cartel de recién casados. Obviamente Pablo no iba a estar en condiciones de manejar, así que el novio de una amiga fue el conductor responsable de devolvernos sanos y salvos a donde pasaríamos la Noche de Bodas.
En nuestro Corsita
Nuestra retirada fue más bien silenciosa, nos olvidamos de ponerle las latitas al auto y cuando nos fuimos ya hacía bastante que habíamos empezado a despedirnos de los que quedaban en la pista (quienes se quedaron bailando hasta un buen rato después que nos fuéramos nosotros). Así que la retirada no fue tan divertida como la imaginábamos, pero después de haber tenido una fiesta tan soñada, eso fue un simple detalle.

Volviendo a la previa de la boda, cuando Ale me vino a buscar aún la jueza no había llegado. Para no estar esperando en la puerta del club, paramos un poco más lejos y esperamos la llamada del novio.

La hora elegida para la ceremonia civil (20 hrs.) había sido perfectamente calculada para que al finalizar estuviera cayendo el sol sobre el horizonte, momento ideal para fotografías inolvidables según nos habían dicho los que saben. Si la jueza se retrasaba más de lo previsto, la ceremonia estaría terminando casi al anochecer y toda la planificación para tener las fotos perfectas hubiera fracasado!

Afortunadamente la demora fue de apenas 10 minutos, y todo salió hermosamente impecable!
 
Final feliz ;)
 
 
 

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