lunes, 8 de abril de 2013

Mi Boda

El día de mi boda ha sido uno de los días más felices de mi vida. Planificarla junto a mi (ahora) esposo, fue otra de las cosas que disfruté desde el principio y en cada una de sus etapas. Cuando Pablo me propuso casamiento allá por junio de 2012 (porque fue a la antigua: el novio arrodillado diciéndome si me quería casar con él), comenzó a rodar la pelota que no pararía de girar hasta el 10 de febrero de 2013 al amanecer.

No tenía idea cómo sería ni con cuánto dinero contaríamos para la boda. Pensando en nuestras finanzas, empecé a proponerle a Pablo hacerlo muy “artesanal”: armar nosotros la lista de canciones, hacer un asado, pedirle a alguno de nuestros amigos que cocinan rico que nos hicieran los postres, y más cosas de ese estilo. No pensé encontrarme un novio tan tradicional: quería salón, quería catering, quería dj, quería fotógrafo, quería vals… Así que muchas de mis propuestas económicas y artesanales, ¡ni siquiera fueron pronunciadas en voz alta!
De todas formas afortunadamente pudimos poner las manos en la masa y dedicarle domingos y días libres a la confección de algunos ítems que el día de la fiesta serían suceso entre nuestros invitados.
Si bien conté con el apoyo de Pablo en todo momento, compartiendo y siendo protagonista en las decisiones importantes, no deja de ser un hombre: él creía que para todo había tiempo. Esto empezó a cambiar luego de reunirnos con algunos proveedores: todos nos decían que si bien estábamos OK con el tiempo, no nos dejáramos estar porque febrero es un mes con muchas fiestas, así que nos recomendaban ir reservando. Creo que el “click” más grande se dio en Pablo cuando fuimos a reservar en el lugar donde nos casamos, y la fecha elegida por ambos ya estaba reservada!!!!
Queríamos casarnos el 2 de febrero, cuando cumplíamos 4 años de novios, pero al no tener esa fecha disponible elegimos el sábado 9, exactamente una semana después (un número mucho más lindo!!)
Volviendo al tema del “novio”, jamás podría haberme casado siendo yo la única persona responsable en la organización de la boda. He leído y escuchado muchas novias que se quejan por la falta de motivación del novio, o que por el contrario se obsesionan tanto con la planificación que no dejan al novio opinar ni siquiera sobre el color de sus medias… Si alguno de estos hubiera sido mi caso, sencillamente no me casaba!! Nosotros elegimos juntos el lugar, diseñamos juntos las tarjetas, hicimos juntos los centros de mesa, fuimos juntos a las reuniones con los proveedores, y juntos hicimos un montón de cosas más… porque una boda es de a dos!!

Obviamente no participó en nada relacionado con el vestido ni con mi despedida de soltera, pero en todos los demás temas, fuimos una pareja que planifica lo que será uno de los mejores días de su vida.
La elección del lugar fue de las primeras cosas que hicimos, sabiendo que algo fundamental era que fuera frente al mar: allí nos conocimos y allí me propuso casamiento (además ambos somos como dos pecesitos que adoran el agua!!) Recorrimos un par de locales hasta que encontramos el lugar ideal: Club Pescadores de Montevideo. Al principio ni lo pensamos como una opción, ya que nos imaginábamos que sería muy caro. Viene aquí el consejo N°1: siempre, SIEMPRE consulten para sacarse la duda, no prejuzguen porque pueden estar muy equivocados!!!! Cuando llegamos al club fue amor a primera vista.
Gazebo hecho por MI PAPÁ!!
Era EL lugar, no había posibilidad de hacer nuestra boda en otro lugar. De todas formas seguimos visitando y consultando en algún otro lugar, pero internamente sabíamos que el Club Pescadores era lo que buscábamos. Comenzamos a imaginarnos el altar, la jueza, nuestros testigos y el atardecer de fondo. Salió mejor de lo que lo soñamos!! Pero ya les contaré de eso.

Una vez reservada la fecha y la hora en el club, había que comenzar a dibujar el resto.


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